La doctora tunera Yelenis Torres Jiménez vive estos días en Minas
Gerais, Brasil, mientras transcurre el tiempo de su segunda misión
internacionalista en nombre de Cuba.
Sus primeras declaraciones en las redes sociales tras la muerte de
Fidel Castro fueron sumamente reveladoras. Hablaron, sin tapujo, de un
respeto profundo, una nostalgia ilimitada y una rabia contenida, con la
vida, la muerte, la distancia y especialmente con quienes utilizan las
circunstancias y hacen fiesta del dolor.
Gracias a la magia de las redes sociales tenemos su testimonio, uno de entre los muchos que ahora damos los
nacidos en esta tierra como muestra de amor, convicción y esperanza.
miércoles, 30 de noviembre de 2016
lunes, 28 de noviembre de 2016
Despertar sin Fidel
Murió Fidel Castro y mientras las horas transcurren y el país se
apresta al homenaje voy tomado plena razón de la ausencia mayúscula que
eso significa para Cuba, para mí.
Salgo a la calle y tropiezo con un día frío, de sol opaco, como triste; una jornada definitivamente lejos de los ruidos habituales de un fin de semana cualquiera.
En una puerta, amén de la llovizna finísima que cae mientras camino, se exhibe una bandera cubana y así, como al descuido, un niño pregunta.
Salgo a la calle y tropiezo con un día frío, de sol opaco, como triste; una jornada definitivamente lejos de los ruidos habituales de un fin de semana cualquiera.
En una puerta, amén de la llovizna finísima que cae mientras camino, se exhibe una bandera cubana y así, como al descuido, un niño pregunta.
sábado, 26 de noviembre de 2016
Quedamos nosotros
Mucho se ha escrito y se ha dicho de Fidel Castro en este mundo nuestro; yo, muy personalmente, me quedo con la sentencia profunda de Raúl Roa: “Fidel siente la hierba crecer y ve lo que está pasando al doblar de la esquina”.
Y es que fue un visionario; un hombre que no pertenecía
ya a este tiempo, un ser humano excepcional que definió joven su camino en la
vida y lo anduvo entero, sin miedos, sin arrepentimientos; escribiendo a su
paso el camino de otros muchos.
Alguna vez le escuché hablar de sí mismo, era una noche calurosa y estábamos reunidos en el Palacio de las Convenciones de La Habana un grupo diverso de estudiantes venezolanos y cubanos, fueron poco más de cuatro horas de encuentro en las que nadie parecía tener más energías que él mismo.
miércoles, 23 de noviembre de 2016
Historias así, en cualquier esquina…
Francisca fue una más de las mujeres víctimas diariamente de la violencia
doméstica de manos de su compañero: “Yo tuve muchos problemas con el papá de
mis hijos, él me maltrataba, me jalaba los moños, me daba golpes, tenía el
temor de que quizás algún día me mataba… pero tuvo un accidente y yo me quedé
con mis siete hijos”.
Mientras vivió su compañero, Francisca tenía el
constante temor a ser abusada o muerta: “cuando él llegaba después de las doce
de la noche y borracho, yo tenía que salir corriendo, saltar por la ventana y
quedarme lejos hasta que él se dormía y entonces llamar despacito a los
muchachos para que me abrieran la puerta, porque él la cerraba por dentro”.
lunes, 14 de noviembre de 2016
Audífonos vs tránsito
El joven se disponía a cruzar la calle en las esquinas de Francisco Vega y Lucas Ortiz en esta ciudad de Las Tunas y sus oídos, ocupados en la canción de moda que salía de sus preciosos audífonos color violeta no le permitieron fijarse en el carro rojo, marca NIVA, que iba detrás de él, presto a lo mismo.
Se paró en la acera, miró a un lado, luego al otro y…
se lanzó. Para suerte suya el auto en cuestión tenía muy buenos frenos y el
chofer, diestro y experimentado, desvió “el asunto” tras una sencilla maniobra.
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