Por primera vez fuimos juntos al desfile por el Primero
de Mayo. Siempre había que trabajar, antes, también, la niña era demasiado
pequeña y nos tocaba armarnos de valor para, después, mucho rato después del
desfile, salir a la calle y, amén del sol intensísimo que «se manda» en Las
Tunas cada Día Internacional de los Trabajadores, disfrutar los ecos del
jolgorio.
Este año, sin embargo, fue distinto. Pasamos juntos
frente a la tribuna central, caminamos en paso apretado con mucha gente,
saludamos a amigos que no veíamos desde hacía ya tiempo y mis hijos agitaron
banderitas, se empaparon del sudor
obrero alrededor y gozaron, de lo lindo, una jornada distinta.
Yenima nos regaló esta foto como recuerdo. Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario