Hoy te he traído flores y no estoy cumpliendo un simple
formalismo, te traigo las flores porque quiero y te quiero. A veces pienso si algún un día ya no me acordaré de
ti, quizás con los años dejaré de traer flores, creo que no, el amor es muy
grande y no se olvida. La gente me mira mientras te hablo, algunos asienten con
la cabeza como si supieran lo que digo, pero no me callo.
¿Te acuerdas cuando me llevabas cargado en tus
hombros?; nunca me sentí tan a gusto. Recuerdo
cómo me levantabas con una sola mano y el mundo se hacía pequeño bajo mis pies, cómo te
esperaba en casa cada tarde para jugar y disimulabas el cansancio para
complacerme.
Dicen que las cosas buenas se
disfrutan una vez y yo tuve la suerte de disfrutar tu compañía. Primero te
decía papito, después papi,
luego te dije mi viejo y más tarde, mi
amigo….
Te dije mi
amigo porque me enseñaste lo bueno
de este mundo sin cerrarme los ojos para que no viera lo malo.
Te
dije mi viejo porque supiste
esconder tus lágrimas para darme y darte fuerza en los momentos más duros.
Te
digo papi porque muchas veces
sacrificaste tu alegría para no ver en mi tristeza.
Y siempre te recuerdo como el papito que me hacia cosquillas cuando pequeño y me
complacía en todo.
Ahora
estoy aquí y te he traído flores, sé que
algún día te veré otra vez y podré contarte
lo mucho que te he extrañado y decirte
lo mucho que te amo.
Donde
quieras que estés mi viejo, te agradezco
por darme la vida.
Te quiere:
Tu hijo Yusdel.
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