jueves, 7 de junio de 2018

Yeida, una vida entre libros


Hoy en la ciudad de Santa Clara será entregado oficialmente el Premio María Teresa Freyre de Andrade a Yeida Durañona. La distinción, instaurada desde el 2005 por la Biblioteca Nacional y la Asociación Cubana de Bibliotecarios, reconoce anualmente a quienes más se han destacado en tan valiosos menesteres.

 Y nada menos que 35 años de labor en el sector marcan los desvelos de esta mujer. Tal vez en eso piense, en sus desvelos de una vida completa, mientras se convierta en la segunda tunera en recibir tamaño galardón; antes conferido, en el 2016, a Carmen Velázquez, directora de la biblioteca provincial José Martí.

Quizás en ese rato del homenaje, desfile por su mente la muchachita que alguna vez fue, recién llegada del campo, con apenas 19 años y una necesidad impostergable de comenzar a trabajar. Tal vez rememore entonces su arrojo de antaño, tocando la puerta tras una plaza de la que alguien le habló, como al descuido, a pesar de que nunca antes había pisado un lugar así, lleno de libros.

Allí estudió, se graduó de técnico y fue tejiendo el camino de su existencia directamente con el público; lo mismo en la sala principal que en la hemeroteca, el espacio que más gratamente recuerda, cuando los días durísimos del Período Especial se le escurrían entre periódicos y revistas.

Estará recibiendo el premio y los aplausos la harán sentirse todavía más feliz, si es que eso es posible, de su labor de cada jornada. Una dicha similar a la que la embarga cuando va hasta el hospital y la atiende el doctor que alguna vez conoció de niño preguntando por el texto que lo ayudaría a hacer mejor un trabajo práctico.

Ahora es la presidenta de la Asociación Cubana de Bibliotecarios en la provincia y podría recordar, mientras su voz agradezca el lauro, las muchas personas que aquí merecen también un reconocimiento como el suyo y que ella ayuda a crecer, desde el ejemplo.

Es muy probable que en su mente encuentren espacio, en medio de la celebración, los dueños de sus amores: el esposo, los hijos y hasta la nieta. Ese tesoro de apenas 3 años, que todavía no sabe leer, pero a quien quiere regalar el tiempo necesario para que ame a los libros, los disfrute, como ella misma hace cuando tropieza con un nuevo hallazgo, especialmente, algún testimonio histórico, sus favoritos.

Yeida es la jefa del Departamento de Procesos Técnicos de la Biblioteca Provincial tunera. A su vera está la compra de los ejemplares que se  incorporan a la institución, una tarea que sabe sumamente importante.

Tiene sueños que no caben en un premio y muchos se materializan cuando llegan los usuarios, consultan las páginas, quieren husmear el fondo digital y preguntan, poniéndole delante otro desafío. Y, ¿quién sabe?, puede que también piense un poco en tantos rostros cotidianos mientras tome en sus manos el cetro del "María Teresa Freyre de Andrade", prueba irrefutable de la entrega de su vida.

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