domingo, 17 de junio de 2018

A mi viejo



Hoy te he traído flores y no estoy cumpliendo un simple formalismo, te traigo las flores porque quiero y te quiero. A veces  pienso si algún un día ya no me acordaré de ti, quizás con los años dejaré de traer flores, creo que no, el amor es muy grande y no se olvida. La gente me mira mientras te hablo, algunos asienten con la cabeza como si supieran lo que digo, pero no me callo.                        
¿Te acuerdas cuando me llevabas cargado en tus hombros?;  nunca me sentí tan a gusto. Recuerdo cómo me levantabas con una sola mano y el mundo se  hacía pequeño bajo mis pies,  cómo te  esperaba en casa cada tarde para jugar y disimulabas el cansancio para complacerme.  
         
Dicen que las cosas buenas se disfrutan una vez y yo tuve la suerte de disfrutar tu compañía. Primero te decía  papito, después papi, luego te dije  mi viejo y más tarde,   mi amigo….         
Te dije mi amigo porque  me enseñaste lo bueno de este mundo sin cerrarme los ojos para que no viera lo malo. 
Te dije mi viejo porque supiste esconder tus lágrimas para darme y darte fuerza en los momentos más duros.    
Te digo papi porque muchas veces sacrificaste tu alegría para no ver en mi tristeza.                                                    
Y siempre te recuerdo como el  papito  que me hacia cosquillas cuando pequeño y me complacía en todo.    
Ahora estoy aquí y te he traído  flores, sé que algún día te veré otra vez   y podré contarte  lo mucho que te he extrañado y decirte lo mucho que te amo.   
Donde quieras que estés mi viejo,  te agradezco por darme la vida.

Te quiere:
 Tu hijo Yusdel.
                                                                                                                                                                             

No hay comentarios:

Publicar un comentario