martes, 10 de enero de 2017

Fotos y celulares para una excursión



Cierta maestra, en una muy nombrada escuela primaria de esta ciudad de Las Tunas, le pidió hace unos pocos días a sus alumnos: “los que tengan tabletas, celular, cámara fotográfica o cualquier otro dispositivo de ese tipo, los traen el día de la excusión por la comunidad, vamos a utilizarlos en el recorrido”.

 Dicho y hecho. Varios alumnos, los menos, llegaron al aula con los más diversos aparatos y la ocurrente profesora los organizó por equipos, garantizó que todos se sintieran parte y la excursión fluyó mientras hacían fotos, tomaban videos y se alistaban para una exposición frente al aula.


Ciertos padres, los menos, confesaron su disgusto por aquella forma de marcar la diferencia entre los niños, “algunos mostrando lo que tienen, otros sin nada para mostrar” y  también se escucharon voces hablar de “lo caro que están esos equipos y el riesgo de que se dañen o se los roben a las manos pequeñas de los nueve años”. Es cierto.

Sin embargo, esta tunera cuyo niño  fue de los que NO tuvo celular para llevar, confiesa que sí se sintió a gusto y es que nos pasamos la vida hablando de la necesidad de que la escuela cubana dialogue al tiempo de hoy y eduque para el siglo XXI y entonces nos sentimos aterrados, no pocas veces, ante el primer paso.

Es cierto también, sería mucho más fácil si se pudieran distribuir, como sucede en otros países, dispositivos para todos los pioneros, pero no es así y tenemos que aprovechar, buscar soluciones, encaminar el estudio, para, con lo poco o lo mucho a nuestro alcance, hacer que los niños se motiven y aprendan para el presente y el futuro.

Y digo esto porque a varios pedagogos cubanos les he escuchado ideas al respecto y casi todas destacan la importancia de utilizar la tecnología en favor de la educación desde edades tempranas y en la necesidad de que sean los maestros abanderados mayúsculos de todo ese engranaje.

Ideas que confirman que no están las principales barreras en la tecnología y sí en las mentes, que saber un contenido no basta para ser un buen maestro, hay que aterrizarlo siempre y que es necesario saber lo que pasa fuera de las aulas y asumirlo en su diversidad, también marcaron los debates recientes  del evento provincial de Pedagogía en Las Tunas y este ejemplo me lo recordó.

Son tiempos de Wifi, teléfonos inteligentes e interconexión, marcar el paso desde los años primeros de la educación es muy importante y cualquier iniciativa es loable siempre y cuando respete y aliente las conquistas de la educación cubana.  Eso pienso.

Por eso celebro sobremanera la iniciativa de la citada maestra; no es el ejemplo perfecto pero sí, una forma más de hablar la voz de sus niños y encontrar recovecos que la lleven a mostrarles en camino de ese proceso voraz que nos dura toda la existencia: el aprendizaje.

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