martes, 27 de septiembre de 2016

Darel: quiero ser un médico cubano



Conocí al joven Darel García en medio del ajetreo de los actos que por estos días transcurren en LasTunas como parte de la Jornada de repudio ante los intentos de subversión del gobierno norteamericano a través de la ONG World Learning y me sentí feliz.

Es un muchacho desenfadado que parece caminar al ritmo de su tiempo y habla de la novia, de las salidas en los carnavales y del compromiso con la Patria con la disposición certera de quien sabe tendrá tiempo para todo, porque la vida le alcanza para eso y para más.

Mientras lo miro, me voy dando cuenta de que este muchacho encaja perfectamente en el perfil que buscan quienes apuestan a una Cuba distinta y pretenden construirla desde muchas millas fuera: jovencísimo, lleno de sueños, líder natural, alegre, emprendedor, desenfadado. Entonces, comienza a hablar.


Estudia el duodécimo grado y quiere ser médico, como su mamá y no por gusto: “mis padres han sido siempre muy importantes en mi vida, a ellos les debo lo que soy y ese sentido humano, incluso mi preparación política, tiene mucho que ver con sus enseñanzas y su ejemplo”.

Me cuenta de lo importante del compromiso con Cuba, de la responsabilidad que para él entraña ser joven de este tiempo y de cómo se equivocan los que se dejan embrujar por cantos de sirena y creen que fuera del país van a encontrar “en cosas” la felicidad que está aquí mismo, en la libertad y la tranquilidad que él disfruta.

“Mi mamá tiene varias misiones internacionalistas como doctora y ella me dice, me pone ejemplos que le toca vivir muy de cerca y que me dejan claro la necesidad que tenemos de defender a este país y al sistema social que Fidel nos ha dado”, asegura.

Sonríe, sostiene la mirada de frente, con energía y sin perder las ganas de seguir dando razones, tiene muchas, me confiesa. Por eso se mantiene concentrado, se prepara para una meta desde Cuba que, ojalá lo lleve al mundo: va a ser un médico; va a salvar vidas, a curar y para lograrlo no necesita y lo sabe, programas  que desde fuera le dicten el porvenir.

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